lunes, 29 de agosto de 2016

El hombre que hacía llorar

- Se requerían solo 30 segundos para que este hombre te hiciera llorar y sentir un evento de amor en tu ser.
- Se colocaba frente a tí, te tocaba en un suave apretón de mano, te veía a los ojos y generaba empatía, sinceridad pura y una calidez humana sin palabras.
- Un día quiso llevar su ternura y su amor al palacio de gobierno, porque las personas que eran tocadas por él, tenían un cambio en su percepción y relación con las demás personas.
- Llegó al edificio de varios pisos, siendo anunciado, se apersonó en la oficina de un político de envergadura, de mando; tocó sus manos y se encrispó.
- A los dos minutos se retiró en silencio, apenas se despidió cortèsmente.
- Desde aquel día había cambiado; se le veía llorar de desesperanza, de dolor en el alma; el hombre que hacía llorar de amor, ahora lloraba de dolor, no porque había cambiado, sino porque se percató de su incapacidad para cambiar hacia un destino mejor, para su país.

Conclusión: Hacen falta hombres y mujeres que hagan cambiar el corazón de los políticos venezolanos, para que venezuela prospere.





Dedicado a la familia Orocopey en Las casitas, Barcelona.

viernes, 26 de agosto de 2016

Mi mayor logro

   Me dirijo con un amigo a acompañarlo hasta la puerta del cine. Cuando llegamos la entrada no es caminando, sino a través de vagones bien ambientados. ¡Vaya cine moderno!
   Entones decidí entrar con mi amigo, nos montamos en el vagón que decía gratis, aprovechamos.
   Dentro era inmenso, ascendimos por una cuesta y notamos que habían atracciones en vivo. En un momento el vagón se paró en una taquilla para cancelar, mi amigo se fué hacia otra atracción, no lo ví más; cada quien podía ver atracciones diferentes.
   Yo tomé otra vía, estaba dentro pero mi mente andaba en otras divagaciones, en eso atravesamos una entrada que decía :  "mi mayor logro".
   La escena era en vivo; un hombre llevaba a cuestas una mujer más joven, acto inherente a sus metas y logros, entonces me le acerqué, le pregunté que pasaba y me dijo :
   - Esta es mi carga, mi aprendizaje, mi logro.
   -Le pregunté : ¿Y yo que debo hacer?
   -Decididamente me contestó : ¡Tienes que perdonarlos !
   Me monté en el vagón para ver otra atracción, pero era hora de salir.
   Llegué a la calle y desde éste día he comprendido que la mejor respuesta al mal-político y al malandro social ha sido ésta : ¡Tienes que perdonarlos!

sábado, 20 de agosto de 2016

Látigo de palabras

   Todo mi discurso es un látigo de palabras, todo mi escrito es catilinario hacia el mal-político de venezuela.
   Creador de todo mal, aún sin pensarlo ni proponérselo, el mal-político es autor de todos los desmanes en venezuela.
   Y nuestra vida llena de experiencias de dolor, provienen del maestro de la hipocresía : El mal-político. Creador y aumentador del malandreo en venezuela, con un delictual silencio ante el problema de la delincuencia que roba y mata en toda venezuela.
   Por ahora solo digo, el mal-político tiene la capacidad de reconocer la culpa en cualquiera, menos en sí mismo.
   Es lamentable que el corazón de un malpolítico, es un sepulcro vacío de emociones hacia el pueblo que lo eligió.
   Por eso el pueblo debe saber que la política es una tradicional traición de deberes, siempre en repetición histórica. Por eso es bueno leer la historia y ver que cambian los nombres, las circunstancias, pero la corrupción es eterna, como todos sus males de mal-político.
   Ser político es tener el amor como emblema y la corrupción como bandera escondida.
   
   


viernes, 19 de agosto de 2016

El político malo

   No basta con tener un título, se debe ejercer ésa posición con verdadero ahínco.
   Ya he visto tantas veces, casos de personas que hablan de algún familiar en forma altisonante, solo porque ostentan un lugar privilegiado en el status político nacional.
   Detrás de su espalda hablan lo contrario, sencillamente cuando no reciben los beneplácitos correspondientes a la corrupción del familiar del caso.
   Obtener un título universitario siempre ha sido un logro importante personal y un mejoramiento de la patria por tener hombres formados y útiles a la patria.
   Pero tener políticos se ha convertido en un dolor de cabeza, porque presentan una cara cuando piden el voto y luego no se dedican a tareas que mejoren el país profundamente.
   Mientras no hayan políticos realmente comprometidos con el problema histórico del malandreo social iremos de mal en peor.
   Nadie reclama porque las autoridades no hacen caso al pueblo y nada cambia porque el pueblo vota, sufre y murmura, pero éstas quejas no llegan a los oídos gubernamentales y cuando oyen se hacen los locos.
   Los derechos humanos existen pero solo en la constitución bolivariana de venezuela, están muy bien redactados, pero son letra muerta. Y los derechos humanos de los delincuentes siempre tienen más valor que los del pueblo sufriente.
 
 
 

La muerte lenta

   Es permanecer quieto y atónito ante un evento como morir de hambre por falta de trabajo y su consiguiente falta de alimento.
   Es tener que dejar el trabajo por ir a cuidar tu casa o rancho en éste caso, porque los malandros ó rateros, bribones, ladrones de poca monta, acaban como hormigas fatales todo, en forma lenta pero continuada.
   Es sentirse de manos atadas por falta de autoridades que no acuden al llamado del necesitado, que no implementan medidas para frenar la delincuencia en venezuela y que solo van a recoger los cadáveres del pueblo sufriente.
   Hay que respetar los derechos humanos, pero disiento que éstos rateros lo sean, por eso al exterminarlos no se cometería ningún crimen, porque son escoria y son como jauría de perros, con el perdón de los perros.
   Ahora que existen graves problemas de abastecimiento en venezuela, éstos señores rateros han arreciado como nunca, unos para llevar alimento a su casa y la mayoría para su consumo de drogas ilícitas. Es decir que su trabajo es robar para sus necedades y necesidades.
   Nada justifica el olvido de los políticos que representan al pueblo, pero solo para cobrar altos sueldos.

                       CONTINUARÁ...


viernes, 21 de enero de 2011

Una raiz de guaritoto

Hubo una vez una familia con dos hermanos con una relación estupenda, compartían su ropa, iban al cine juntos y compartían mucho tiempo juntos; incluso practicaban el mismo deporte.
Una vez fueron de picnic con unos amigos y allí el menor de ellos encontró una novia, a medida que pasó el tiempo, los hermanos cambiaron algunos hábitos, pero seguían siendo excelentes amigos.
La nueva novia tambien venía a la casa y los fines de semana almorzaban juntos los tres. Un día el menor enfermó y tuvo que ser llevado al hospital por su mamà; la novia fué de visita como siempre y se encontró solo al mayor; hablaron de la enfermedad del más joven que no era nada grave y que dentro de varias horas estaría de regreso.
En la conversación a solas, la muchacha se dió cuenta del trato y amabilidad del hermano de su novio; ambos se encontraron viéndose y así transcurrió el tiempo.
Al llegar el enfermo la novia pudo observar ahora, la diferencia entre hablar con el menor y hablar con el mayor a solas. Pasaron los días y la muchacha no vino más, el enfermo aún en cama y el mayor a sus ocupaciones de estudio y deporte.
Al recuperarse de su enfermedad, fué a ver a su novia, quien le dijo que habían terminado; éste aceptó de buenas maneras. Ya pasado un mes, se dirigió al parque y su mayor sorpresa fué encontrar a su hermano mayor con su antigua novia. Saludó y siguió de largo.
Ya en su casa, culpó a su hermano por haber perdido su novia y hasta lo culpó de quitársela. Fueron varios meses que transcurrieron, cada quien por su lado.
Al cabo del quinto mes hicieron las paces y volvieron a su antiguo trato, al punto de ir los tres a ver un juego y el mayor era ahora el que tenía la novia que otrora fuera del menor. Se divirtieron, pasearon, gozaron juntos otras tantas veces y un día el mayor anunció que se casaba con la muchacha; el menor se retiró a su cuarto.
Ya llegada la noche el hermano fué a hablar con él y cuando le dijo de su nueva gran alegría, el menor le dijo: ¡No es justo, porque ella fué mía primero!
El mayor le refirió como habían sucedido las cosas y de como ella se había enamorado de él.
El más joven cegado por los celos y la rabia, refirió que cuando él había ido al hospital aquella vez, él le había quitado su novia y que eso no se lo perdonaría jamás, así fuera su único hermano.
Su hermano le dijo que las cosas no habían sucedido así. Y el menor lleno de odio le dijo: ¡No quiero que me hables más nunca en tu vida!
Pasó el tiempo y ya el menor era tío sin quererlo.El mayor que vivía desde hacía tiempo, en otro hogar fué a visitar a su mamá y creyó conveniente volver a hablar con su antiguo buen hermano.
Y el menor sin más le respondió: ¡Ya te dije que no quiero que me hables más nunca!
Oyendo éstas palabras lapidarias, el hermano mayor le contestó: ¡Está bien, no te hablo más, solo quiero decirte que tu guardas en tu corazón, una raiz de guaritoto!
Sucedierónse los tiempos y no se supo más de nadie.


Dedicado a : Keisi, Krizel, María Itriago.